Allí están los pasos
pequeños, grandes,
suspendidos, seguros,
imprecisos...
las paradas largas,
los retrocesos,
las carreras,
el descanso.
Miro atrás:
huelo las flores del camino,
del bien, del amor y de la fiesta.
El abrazo dulce,
la mirada transparente
y la sonrisa de niño
están en el aire que respiro,
entre las hojas de los árboles.
Miro atrás:
la herida está dormida,
acariciada siempre.
Escucho el consejo,
los desafíos cotidianos
palabras de vida, piedra y seda
todo es música en la piel
en el “después” que piso.
Miro atrás,
rebosadas de alegría simple, serena
tantos rostros, nombres, retratos
en mi canción de madrugada.
Miro atrás,
¡y el adelante es grandioso!
Descubro a Dios hecho amistad, perdón, esperanza,
amor, ternura, vida en las horas pasadas,
en las que vivo
en las que sueño.
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